LA CIUDAD
La civitas (ciudad) romana de Tárraco se extendía entre la desembocadura del rio Francolí, el perfil litoral del Mediterráneo y el promontorio de la actual Parte Alta o núcleo histórico. El origen de la civitas está en el oppidum (poblado) íbero de Kesse y el gran campamento militar romano de los siglos III-II a.C. A partir del siglo I a.C. el núcleo urbano ostentará el título de colonia, será residencia del mismo Augusto, ejercerá la capitalidad de una de las provincias más extensas del imperio y aglutinará una activa y dinámica actividad comercial y política. Esta progresiva relevancia de Tárraco en el Mediterráneo occidental impulsará y moldeará su paisaje urbano.
TRAMA URBANA
La fundación de la colonia romana de Tárraco implicó la construcción de un sistema ortogonal de islas de edificaciones (insulae) y calles. Ya en época republicana (s. I a. C.) se documenta un sofisticado sistema de alcantarillado y de gestión del agua, calles pavimentadas, porticadas, así como edificios residenciales y productivos ocupando el parcelario urbano. Las centenares de intervenciones arqueológicas permiten restituir la fisonomía de la ciudad romana.
MURALLA
Las murallas de Tárraco son las más antiguas, monumentales y mejor conservadas de la época romana en la península ibérica. Los restos actuales corresponden a un conjunto de torres, lienzos de muralla y accesos construidos en diversas fases, de cuando Tárraco no era una ciudad, sino un campamento militar; base de operaciones fundamental en la conquista de Hispania a partir del 218 a. C. La monumentalidad del zócalo ciclópeo y los paramentos de sillares con marcas de cantero íberas dan muestra de la colaboración entre el ejército romano y los pueblos indígenas.
TORRE DE MINERVA
La torre de Minerva formaba parte de la muralla del primer campamento militar romano, construida entre el año 218-206 a. C. Esta torre presenta el primer relieve (de la diosa Minerva) y el primer epígrafe (un grafito) romanos en la península ibérica. Se trataba de una torre de defensa, dotada de un piso con equipamiento militar, pero también flanqueaba el acceso de entrada al campamento, traduciendo de forma simbólica la hegemonía romana en la región en un momento de conflicto bélico entre Roma y Cartago.
GRAN COLECTOR
La arqueología ha podido documentar que, por debajo de la actual calle Unió, discurría entre la parte alta de Tárraco y el área portuaria, un gran canal. Este canal, de casi 2 m de altura en su interior, era el gran colector o desagüe al que iban a parar las aguas de rechazo de la ciudad romana. Este tipo de desagüe monumental pone de relieve el alto grado de sofisticación de las infraestructuras urbanas de Tárraco.
SUBURBIO
El gran suburbio de Tárraco, que se extendía entre la ciudad y el río Francolí, se caracterizaba por ser un espacio de contrastes, entre lo urbano y lo rural, ya que en él se erigía un conjunto de espacios tanto residenciales como productivos, orientados a la elaboración de vino y aceite. Una red de caminos articulaban estos edificios, alternados con la presencia de fuentes monumentales o de almacenes. Estas vías, así mismo, iban agrupando en su entorno conjuntos funerarios, como mausoleos, o los más variados tipos de enterramiento, como túmulos o sepulcros en fosa.
EL PUERTO
Desde los inicios de la conquista romana de la península ibérica a finales del siglo II a. C., el puerto de Tárraco constituyó una de las principales bases de operaciones navales en la guerra con Cartago y posteriormente en su expansión. Base militar al principio y posteriormente puerto comercial comunicado con todo el Mediterráneo, el puerto de Tárraco se extendía entre la actual plaza de los Carros y la desembocadura del río Francolí, formando una bahía en torno a la cual se articulaban muelles y almacenes, y protegida por un monumental dique.
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